Cuando creamos una comunidad virtual en la red debemos construir un marco de confianza y establecer los medios necesarios para garantizar el cumplimiento de, por lo menos, las normas de comportamiento más elementales con el fin de que nuestra comunidad prospere a lo largo del tiempo. Este marco de confianza es el que buscamos todos los usuarios al unirnos a una comunidad virtual para estar seguros de que otros usuarios no puedan perjudicar nuestra personalidad, reputación en la red e incluso nuestra personalidad física.
Técnicas de la moderacion de comunidades virtuales
Las diferentes técnicas y herramientas para la moderacion comunidades virtuales se han ido perfeccionando en los últimos años a medida que se iban necesitando nuevas funcionalidades y se iban encontrando con nuevas situaciones. Cada herramienta y técnica es, por supuesto, distinta para cada tipo de comunidad: foro, red social, mundo virtual, juego virtual, etc., pero podemos obtener un criterio común para todas ellas teniendo en cuenta que todas ellas tienen el objetivo común de cumplir unas ciertas reglas de convivencia para cada caso.
Estas reglas de convivencia deben estar al alcance de todos los usuarios, sobre todo de aquellos que entran en nuestra comunidad por primera vez.
La primera clave del éxito de la moderación de una comunidad es que realmente exista un “sentimiento de comunidad” entre los propios usuarios que la forman de tal forma que sean ellos mismos quien reprochen un comportamiento inadecuado a algún infractor. Esta técnica es sin duda la más eficaz, ya que la mayoría de los infractores parece responder a la reprimenda pública o bien acatando las normas o bien abandonando la comunidad. Por ejemplo, en un foro es posible que un usuario novato escriba un post en un lugar indebido o que escriba una firma demasiado larga y que sean los propios usuarios los que le advierten de la conducta inadecuada antes de que sea castigado.
Con mi experiencia en la administración del foro Vagos.es he podido comprobar de primera mano como los moderadores voluntarios surgidos de la propia comunidad tienen más autoridad que los propios dueños del foro. En los mundos virtuales, por ejemplo, un usuario nuevo suele respetar y atender a los reproches de los usuarios más veteranos y populares para no ser repudiados por el resto de la comunidad. Por ejemplo, en Minics.com si un usuario nuevo “roba” algún elemento a otro usuario, enseguida el resto de usuarios reprochan su conducta inmediatamente lanzándole huevos.
Cuando no se cumplen las normas de convivencia o no existe una comunidad fuerte, siempre es necesaria la existencia de moderadores o administradores. Estos sujetos deben ser vistos como un sistema de gobierno o seres “todo poderosos” al que conferimos el poder de resolver conflictos con un mínimo grado de imparcialidad. La ausencia de estos personajes convierte a las comunidades virtuales en verdaderas anarquías. No obstante, esta autoridad terrenal que todos los usuarios desean y necesitan debe venir desde el consentimiento general y la conformidad voluntaria debido a que los usuarios de Internet suelen oponerse a cualquier personaje “todo poderoso” y centralizado.
Los castigos de los moderadores y administradores varían en función de la comunidad virtual, pero todas se basan en la penalización o expulsión del infractor. Es responsabilidad del creador de la comunidad pensar en castigos o penalizaciones ingeniosas a la vez que atractivas. Por ejemplo, en los mundos virtuales existe la técnica de “toading” que consiste en convertir en sapo al infractor por un determinado tiempo. Otro ejemplo lo podemos encontrar en los juegos multijugador donde podemos identificar al usuario con algo que muestre al resto de usuarios que el jugador ha hecho trampa en alguno de los juegos.
En conclusión, la creación de una comunidad virtual fuerte supone un gran reto ya que se asemeja a la creación de un ecosistema de convivencia de usuarios con la ventaja de que si se consigue ese equilibrio deseado, el éxito está asegurado.
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